El amor de pareja va más allá de sentir mariposas en el estómago, este amor involucra compromiso, entendimiento y respeto del espacio individual.
Es decir, el amor de pareja es un sentimiento que se construye y se fortalece con el pasar del tiempo, de allí que se diferencie del amor a primera vista, de las pasiones fugaces e, incluso, de la necesidad de dependencia.

Sin embargo, para que el amor de pareja se mantenga vivo a lo largo del tiempo es necesario que ambas personas se sientan realmente comprometidas el uno con el otro y, sean conscientes de sus individualidades para que puedan apoyarse recíprocamente en sus objetivos personales.
Trascendencia en la pareja
- Una vez pasado el enamoramiento inicial y la posterior aceptación del otro entramos en la etapa de consolidación de la pareja.
- La durabilidad de los vínculos, hoy al igual que ayer, viene dada por: La posibilidad de establecer lazos, de vincularnos o no con otros. Vendrá acompañada de la posibilidad de pensar, no sólo de actuar, de reflexionar, de intercambiar impresiones, de escucharse mutuamente en al pareja contribuyendo a favorecer la subjetividad de los cónyuges.

- Es necesario construir un lugar de encuentro sin prisas, con regularidad para dedicarse a reencontrarse en la pareja, a escucharse, a pensar juntos.
- Las parejas que perduran consiguen establecer vínculos fecundos y duraderos. Y esto se logra sabiendo adaptarse a los tiempos y sacándole el máximo provecho sin empobrecer la manera de relacionarse. Hombres y mujeres que renuevan su decisión eligiéndose cada mañana.
Factores que permiten a una pareja mantenerse unida
Depende de muchos factores, que una pareja funcione o no:
- Del conocimiento sobre lo que supone una dinámica conyugal y del modo en que cada miembro de la pareja maneja la relación. Hay parejas destructivas, que se humillan, que se faltan el respeto constantemente donde es mejor cortar de raíz. Pero, hay otras que nacen desde el respeto y la generosidad, que buscan crecer y fortalecerse ante los imprevistos de la vida. Ofreciéndose la posibilidad de evolución de cada miembro de la pareja sabiendo preservar la estabilidad del amor.

- Parejas que aprenden de sus diferencias, asumen las propias fallas y las del otro pudiendo mantener a salvo los grandes tesoros de la relación.
- Parejas que cultivan su pasión, que disfrutan de la intimidad de su sexualidad, que se acompañan, se amoldan recíprocamente a las necesidades de distintas etapas de la vida. Son cómplices, se enriquecen y se acompañan sin agobiar.

- La vida de a dos requiere cuidado, paciencia, observación, necesita tiempo para consolidarse y crecer, desarrollarse, la urgencia no va con la pareja. La impulsividad no entiende de amor duradero. Hay vínculos que germinan y florecen en la siguiente primavera y otros que mueren ahogados en el primer riego.

- Las crisis son inherentes a la vida en pareja, para superarlas el objetivo no es evitarlas, sino aprender a atravesarlas y conseguir volver a la calma reconfortados y fortalecidos.