No es un rojo, ni un color café; tampoco es un granate, un berenjena, ni un burdeos; no es un color teja, ni arcilla, ni terracota. Hablamos del color Marsala, vino, o expresado de otro modo, el Pantone 18-1438, un color que se inspira en la tonalidad de la tierra y de los vinos. Tiene los bajos tonos del café, que sugieren confianza y confort, y una esencia rojiza que evoca energía.
El color marsala está entre medio del rojo púrpura y los burdeos. Se podría decir que es una tonalidad natural, terrosa y que recuerda al vino tinto.
Las chicas elegantes elegantes usan mucho este color; tanto para decorar cocinas como para lucir unos labios sexys y lucir unos pómulos muy sofisticados.
En el 2015 fue un color de tendencia. Pero, hoy en día, es usado por ser un signo de glamor, el marsala combina tan bien con casi todas las tonalidades de piel que demuestra ser un gran aliado a la hora de usarlo en el maquillaje.