¿Cuántas veces has dado un mal consejo a una buena noticia?
Cuando estás esperando un bebé te dicen que es muy bonito y que será la mejor experiencia de tu vida. Sin embargo, nunca te dicen algunas cosillas que son importantes.

Las personas te dicen, «recibiste la mayor bendición»… Pero:
- Nunca te dicen que aproveches a dormir lo más que puedas porque nunca jamás dormirás tus 8 horas corridas.
- Nunca te dicen que habrán días que no te puedas bañar, afeitar y solo tendrás 5 minutos para asearte.
- Nunca te dicen que aprenderás a comer con la mano izquierda y comerás siempre frío o, incluso, hasta las sobras de la comida de tus hijos.
- Nunca te dicen que en medio de tu comida cambiaras pañales.
- Nunca te dicen que te dolerá la espalda cuando des pecho y tendrás «calores».
- Nunca te dicen que olerás a leche pasada por que no tuviste tiempo de cámbiate.
- Nunca te dicen que no te puedes enfermar, porque si te enfermas tu hogar se detiene y comienza el caos.
- Nunca te dicen que cuando das pecho y necesitas ir al baño te tendrás que aguantar.
- Nunca te dicen que siempre estarás acompañada cuando tengas que descansar.
- Nunca te dicen que cuando duermes con tus hijos no puedes moverte por que se despertarán y tendrás que volver a empezar.
- Nunca te dicen que cuando duermes con tus hijos tu cuerpo se encuerda y no te puedes levantar.
- Nunca te dicen que tu cadera te dolerá tanto que sientes que se te quiebra.
- Nunca te dicen que te tropezaras con juguetes y tendrás que levantarlos unas 100 veces al día.
- Nunca te dicen que sufrirás cuando tus hijos sufren.
- Nunca te dicen que tendrás tan poco tiempo que limpiarás tu casa y harás otros oficios después de la 1 de la mañana.
- Nunca te dicen que te desesperas y que pensaras en irte.
- Nunca te dicen que se toma más de 1 hora para preparar tu salida y que no será precisamente para maquillarte.

Todo esto es verdad, pero te digo que haré todo esto mañana y por siempre. La razón es que amo a mis hijos y con un beso y un abrazo de ellos todo se me olvida.