Hábitos para enamorarte de ti – Amparo Millán

1-Agradece:

La gratitud es una emoción poderosa. Nos conecta con el presente y con la abundancia que está a nuestra disposición.

El primer hábito para enamorarte de tu vida es el de agradecer todo lo bueno que hay en ella. Para hacer este ejercicio con conciencia yo recomiendo escribirlo y no sólo pensarlo.

Un diario de gratitud:

Llevar un diario de gratitud es bien sencillo: por la noche, antes de ir a la cama, coge una libreta o el móvil y hazte la siguiente pregunta: ¿qué tres cosas de mi vida agradezco hoy? Anótalas. Algunos días este ejercicio te será más fácil que otros y dudo mucho que tengas un día tan horrible en el que no encuentres un detalle para salvar que merezca la pena.

2- Encuentra tus actividades reparadoras o estimulantes:

Otro punto para enamorarnos de nuestra existencia es hacerla más fácil, rica e interesante. Para ello, tenemos que realizar asiduamente actividades que nos traigan calma o que nos recarguen las pilas.

Actividades reparadoras 

Las actividades reparadoras son todas aquellas que nos “curan” cuando hemos tenido un mal día. Por ejemplo, ver una película debajo de una manta, salir a andar, llamar a una amiga, cocinar o escuchar música clásica. Son actividades fáciles que no requieren mucho esfuerzo pero que misteriosamente nos hacen sentir mejor.

Actividades estimulantes

Las actividades estimulantes son las que nos llenan de energía, de ganas de hacer cosas. Cuando estamos inmersos en ellas, la apatía y el aburrimiento desaparecen. Puede ser bailar, hacer deporte, leer una novela de misterio, crear, aprender, tomar una copa o viajar a un lugar desconocido. Son actividades que nos interesan tanto como para recuperar nuestro “amor” por la vida.

Lista detallada de cuáles son tus actividades reparadoras y estimulantes

Lo que te propongo es que hagas una lista detallada de cuáles son tus actividades reparadoras y estimulantes y la coloques en un lugar visible o fácil de encontrar. En los momentos “de emergencia”, es decir cuando tengas un día horrible, aburrido, duro o sin energía, en vez de hacer lo primero que se te ocurra (que suele ser navegar por Internet o consultar las redes sociales, cosas que entretienen pero que tampoco llenan de verdad) puedes acudir a tu lista y elegir intuitivamente la actividad que necesites.

Si todos los días, o cada dos días, reservas como mínimo quince minutos para hacer una de tus actividades (reparadora o estimulante, según tu ánimo) te garantizo que al cabo de un tiempo tu rutina dejará de ser “rutinaria” para convertirse en interesante.

3- Enamórate del lugar donde vives:

No se ama lo que no se conoce, así que si quieres enamorarte de tu entorno y de lo que hay en él, tienes que conocerlo. Más aún, tienes que investigar sobre ello.

Viajar sin salir de tu ciudad

Si quieres enamorarte de tu vida, enamórate del lugar donde vives: tu casa, tu pueblo o ciudad, tu comarca. Hay varias acciones concretas que puedes llevar a cabo, como por ejemplo:

  • Salir de casa con la cámara de fotos y capturar rincones bonitos (una fachada, una escultura singular, un camino, un parque…)
  • Visitar los museos y edificios emblemáticos de tu ciudad empapándote de la historia que hay detrás
  • Ver fotografías antiguas del lugar donde vives
  • Fotografiar un día de tu vida cotidiana: tu dormitorio, tu mesa de desayuno, tu cara al despertar, la gente que te rodea, lo que haces, etc.
  • Descubrir nuevos comercios, nuevos bares, pasar a las ermitas e iglesias, pasear por todos los parques
  • Buscar historias sobrenaturales que hayan acontecido en tu localidad (esto sólo para amantes de lo misterioso, como es mi caso)
  • Informarte de eventos y congresos que ocurran en las cercanías
  • Escuchar las historias de personas que han vivido en tu localidad años atrás
  • Lee novelas, poemas, visiona películas, que hayan sido ambientadas en tu entorno
  • Buscar “tu rincón” en la ciudad, ese lugar que te encanta visitar porque te trae paz o estímulo

Dejando claro que hay lugares que tienen una historia más fascinante que otros, no hay motivos para que no busques las particularidades del tuyo propio. Si quieres enamorarte de tu vida, enamórate del lugar en el que resides.

4- Lleva un diario de sueños:

Quizás nuestra rutina no sea muy interesante o curiosa, pero los sueños nocturnos siempre lo son. Por definición, los sueños no son predecibles, ni racionales ni aburridos. Contienen un montón de símbolos extraños y en ellos vivimos aventuras, peligros y situaciones que jamás tendrán lugar en nuestra vida cotidiana.

Una forma de añadir un puntito sugerente a nuestros días es darle importancia a nuestros sueños. Pensemos en ellos al levantarnos por la mañana, admiremos sus tramas y sus símbolos a veces oscuros e inquietantes (son las pesadillas), adentrémonos en diccionarios de sueños para ver qué demonios nos trae nuestro subconsciente y para qué.

Aunque, por épocas, nuestra vida sea anodina, nuestros sueños nunca lo serán. Sumergirnos en ellos es una forma de poner “color” a nuestra realidad y también es una manera fiable de desarrollar nuestra intuición.

Sueña, desarrolla tu intuición y escribe:

Una manera de pensar habitualmente en tus aventuras nocturnas es llevar un “diario de sueños”. Guarda una libreta y un bolígrafo en tu mesita de noche y por las mañanas, justo al despertar, apunta lo que recuerdes (que casi siempre es muy poco) de tus sueños: lugar donde ocurre, personas que aparecen, qué haces tú, símbolos, etc. Con el tiempo tendrás un cuaderno repleto de aventuras extrañas y misteriosas que te han sucedido a ti en esa “otra vida” que son los sueños.

5- Establece momentos de desconexión

Por último, es requisito indispensable para apasionarte con tu vida el estar presente en ella. Con los cinco sentidos. Obvio ¿verdad? Todos los hábitos anteriores te ayudan a ello porque te invitan a observar, conocer y buscar la belleza de tu realidad. Pero en nuestra época actual en que la red se entromete en nuestra vida continuamente, es necesaria una cosa más: desconectar.

Desenchufarnos

Si quieres enamorarte de tu vida apaga el wi-fi, por lo menos durante una hora al día. O toma la valiente decisión de salir a pasear sin tu teléfono móvil (¡algunos dicen que es posible!).

Internet nos transporta a mundos apasionantes, es vehículo de conocimiento, de contacto con otras personas, de reflexión. Justamente si hoy puedes leer esto es gracias a Internet. Pero como todo, tiene un límite. Es preciso saber “desenchufarnos” diariamente del mundo virtual y sobre todo, no caer en esa exigencia de tener que estar conectados y disponibles en todo momento.

Poniéndonos en acción:

No tienes que poner en práctica estos cinco hábitos a la vez (¡esta tarea sería abrumadora!) pero puedes elegir uno, o dos, los que más te hayan llamado la atención, y experimentar con ellos a tu manera durante un tiempo.

Elige la propuesta que más te guste para apasionarte con tu vida y ponla en práctica a partir de hoy.

Estos 5 hábitos son de Amparo Millan, esta excelente coach, de quien ya te he hablado antes; ella para facilitarnos la tarea, nos ha preparado este imprimible donde encontrarás: Por un lado una hoja de apoyo para cada día a completar con lo que prefieras, tres cosas que agradeces, notas sobre los sueños y las horas de desconexión. Por otro lado, tienes una hoja para fijar ya a la vista con ideas de actividades y planes por tu ciudad.