Si quieres despertarte con una piel limpia y brillante, debes desmaquillarte por completo. Le estás haciendo un gran favor a tu piel, ya que dormir con la cara maquillada puede provocar sequedad en la piel, acné e incluso arrugas causadas por la descomposición del colágeno.
Dejar el maquillaje en los ojos causa su propia serie de problemas, como infecciones oculares, irritación de los ojos, orzuelos y pestañas rotas. Desmaquillarse cada noche es una necesidad para el cuidado de la piel.
Cómo desmaquillarte de manera correcta
Lo primero para desmaquillarte correctamente es removerlo con un limpiador. Tu limpiador diario debería ser suficiente para eliminar la base de maquillaje y el colorete. Masajea el limpiador sobre tu rostro y déjalo reposar durante 15 segundos, y no te olvides de la línea del cabello, debajo de la barbilla y alrededor de las orejas. Se retira con una toallita de algodón blanca y húmeda.
El proceso de desmaquillado debe ser suave y nunca debe dejar la piel deshidratada o irritada. Los aceites limpiadores no resecan el rostro. Con los dedos, pasa una pequeña cantidad de aceite por los párpados, las cejas y los labios, y luego masajea ligeramente todo el rostro. Esto suavizará la piel y aflojará el maquillaje.
Para retirar, coge un disco de algodón plano y cuadrado. Vierte un poco de aceite limpiador en él y repasa los mismos puntos, con cuidado de no frotar hacia delante y hacia atrás. Sólo hay que rozar la superficie en una dirección para sacar el color.
Aprovecha el calor del vapor
Para desmaquillarte correctamente, puedes aplicar vapor a tu rostro antes de lavarlo. El vapor aflojará tus poros y facilitará que el limpiador penetre más profundamente en la piel para eliminar el maquillaje y los restos.
Puede que tengas que dedicar más tiempo a vaporizar tu piel, pero es una buena opción ocasional. Incluso puedes añadir una gota de aceite esencial de lavanda para conseguir un efecto calmante adicional.