Crema suave, brillo de labios densos, maquillaje lleno de nutrientes… todos ellos a base de agua.
¿Suena realmente saludable, cierto?
¿Alguien pensó que estos productos no serían también llamativos para los microorganismos?
No lo creemos, por eso en esta entrada te explicaremos los microorganismos que se esconden en el maquillaje.
El sector cosmético mueve cifras millonarias al año, pues son productos consumidos por un amplio sector de la sociedad.
Seguridad e higiene exigida a los cosméticos
Gracias a los estándares de calidad impuestos por la legislación europea, estos productos cumplen con unos requisitos de calidad, estabilidad y seguridad que mantienen las características físicas y químicas inalteradas.
Sin embargo, no se espera que estén totalmente estériles o que no contengan microorganismos a lo largo de su uso.
Asimismo, la presencia de bacterias como Escherichia coli y otras que forman parte de la microbiota intestinal no se acepta en ninguno de los productos.
Por eso, los productos cosméticos llevan compuestos que controlan esa contaminación.
Pero lo hacen hasta que se cumple su fecha de caducidad.
A partir de ese momento no se garantiza que sus propiedades y su calidad microbiológica se mantengan durante más tiempo.
Microorganismos que se esconden en el maquillaje Cómo evitar que se contaminen antes de tiempo:
Un estudio analizó los microorganismos presentes en los cosméticos durante su uso y el impacto que tiene sobre la salud del consumidor.
Durante el procedimiento, se examinaron más de 467 productos donados por usuarios para su análisis. En concreto, los autores estudiaron pintalabios, brillos de labios, delineadores y máscara de ojos, así como las esponjas artificiales para extender el maquillaje.
Además se recogió un cuestionario en el que se les preguntaba información sobre el uso, la limpieza y la conservación de cada producto.
Los investigadores encontraron entre 1 000 y un millón de unidades formadoras de colonias por cada mililitro de producto.
Microorganismos que se esconden en el maquillaje y en esponjas:
Entre las bacterias también se detectaron grupos de enterobacterias y hongos, sobre todo en las esponjas.
Respecto a estas últimas, el 93 % no se habían lavado nunca. Además, en el 64 % de los casos los propietarios reconocieron que más de una vez se habían caído al suelo y las habían seguido utilizando.
Por eso las esponjas se consideran como un producto de riesgo para los consumidores por la gran cantidad de microorganismos que pueden acumular.
Para evitarlo, se recomienda lavarlas a menudo con agua caliente y jabón y secarlas totalmente.