A muchas mujeres les ha sucedido que se van a aplicar la base de maquillaje que acaban de comprar y se dan cuenta que no corresponde a tu tono de piel. Es por ello que antes de hacer este tipo de adquisiciones, es crucial contar con los conocimientos básicos inherentes: tipo de piel, tonalidades en el cutis y el cuello y la textura de la base con la que te sentirías más cómoda.
La base de maquillaje es un elemento imprescindible, es tu segunda piel. Este producto te aporta una tez firme, luminosa y uniforme. Al mismo tiempo que cubre y disimula la decoloración que puedas tener en el rostro.
Puedes obtener el mejor rendimiento con tu base de maquillaje al elegir la correcta. Este producto debe fundirse perfectamente en la tez natural de tu rostro, de lo contrario, estarás aplicándote algo que no te corresponde.
La importancia de elegir la base de maquillaje correcta ¿Qué hacer cuando nos equivocamos?
Antes de acudir a la tienda de tu marca de maquillaje preferida para elegir tu nueva base de maquillaje, debes conocer perfectamente tu piel. Adicionalmente, la basa de maquillaje debe tener una formulación capaz de controlar los puntos más frágiles de la epidermis.
Apuesta por una cobertura de calidad, para ello puedes informarte con otras usuarias a través de la web o con un especialista. Una cobertura de calidad se determina por la capacidad de disimular las pequeñas imperfecciones que pueda tener el rostro, sin parecer que tienes una cobertura de algo ajeno a tu piel.
Para las pieles grasas, por ejemplo, las bases de maquillaje con una emulsión de agua en aceite son perfectas. Por el contrario, las pieles secas deben elegir siempre fórmulas muy hidratantes con una emulsión de aceite en agua.
Es importante resaltar que la indicación del tipo de piel, siempre figurará de forma destacada en las descripciones del envase. Es en lo primero que debes fijarte apenas tomes el envase de la estantería.
Una vez elegida la fórmula de base de maquillaje más adecuada, puedes concentrarte en la elección del tono. Es el siguiente paso, tan importante como el primero y tan, esencialmente, determinante. Si no estás plenamente segura de tu tono de piel cuando llegas a este punto, es seguro que cometerás un grave error.
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