Siempre nos dicen que el ejercicio es vida, que es beneficioso para la salud, y nos alarga la calidad de vida. Pero ademas de esto, según un estudio realizado por expertos de la Universidad de Duke, estos beneficios del ejercicio se mantienen a largo plazo, por casi 10 años mas, después que que dejes de hacerlo, por alguna razón.

El estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology, analiza los efectos de periodos de entrenamientos de ocho meses. Para ello, dividieron a las personas sedentarias en distintos grupos: uno de control y otros tres con distintas intensidades en los ejercicios que debían realizar. Antes de empezar, los científicos registraron distintos valores, como la envergadura de sus cinturas. Y diez años después de acabar los entrenamientos, hicieron un seguimiento que reveló el beneficio que aporta a largo plazo realizar ejercicios.

Los investigadores comprobaron que los efectos positivos en la salud de los participantes seguían manteniéndose, aunque había variaciones según el nivel de intensidad de los entrenamientos. «Los individuos, que antes del estudio tenían vidas sedentarias, mostraron diferencias en sus capacidades cardiorrespiratorias y en los parámetros cardiometabólicos», apunta el estudio.
Por ejemplo, los individuos del grupo de control y del de intensidad baja habían experimentado una reducción del 10,5% en el pico de VO2, que es la cantidad de oxígeno que usa el organismo por unidad de tiempo lo que sirve para «transformar energía química en mecánica, aprovechando los hidratos de carbono, lípidos y proteínas para realizar la contracción muscular». Los participantes de los grupos con un nivel más vigoroso de ejercicio solo experimentaron un descenso del 4,7%.

Además, a diferencia del grupo de control, las personas que siguieron los entrenamientos tuvieron un menor crecimiento de la circunferencia de la cintura, que es un «muy buen criterio para determinar la cantidad de grasa visceral que tiene una persona»
Los que formaron parte del grupo de intensidad moderada también tenían menores niveles de insulina en ayunas y una menor presión arterial, pasados los diez años.
Vaya! Que difícil es tener constancia en una rutina de ejercicios pero, amigas definitivamente las razones para ejercitarnos están de sobras. Deberíanos replantearnos este tema y tomárnoslo en serio.